sábado, 19 de marzo de 2016

Los pájaros desnudos


Cuando niño en mi colegio, un colibrí estalló frente a una de las grandes ventanas de la sala. Era verano y la luz, el campo, las nubes y las aves eran atrapados por esos gigantes vidrios. El ave se recompuso en su vuelo e ingresó por una de las ventanas abiertas. Enloqueció frente a los ojos de los niños presentes. Todos queríamos cazarlo, de pronto un miedo me fragmentó. Comencé a alejarme. Mi abuela decía que era mal augurio quedarse cerca o sentir la pluma de un ave tan frágil y obscena, cambiante en su color, había algo misterioso en el trueno de sus alas, siendo un ave tan ínfima y femenina. Recordé que les temía a los colibríes, que le temía a las flores, que les temía a los niños que amaba en esa sala. Exactamente una semana después, un incendio comenzó desde la sala del séptimo año, mis cuadernos se quemaron. Años más tarde volví al lugar, había flores y colibríes muertos cada verano. Vi romperme en las ruinas de  vidrios, como el ave arrollada por su hermosura, un espejismo de amor y rechazo. Así desnudo y obsceno quede en las muertes que me habitaban.

Perfomance - Texto: Francisco Vargas Huaquimilla (Kutral)
Fotografía: Fernando Lavoz












lunes, 8 de febrero de 2016

La bella-ko

La complejidad y el flujo del agua oxigenada, el agua por sobre todo, como el mar y los ríos, lo mujeril en un cuerpo no asignado así, como se plantea lo mujeril. La conversión de la rubiedad, lo rusio, rememorar cabezas cercenadas a lo María Antonieta y su crisis del pan o una Marilyn y su crisis de existir, referentes hacia lo precario. Un signo reflejado en un grupo de cumbia, agrupación marylin, Néstor en bloque, el polaco, siendo la cúspide de la expresión flaite, bellaka, obscena y abyecta, que no lo es del todo por la conexión de carne y ropa, marca, Brand. La velocidad de la marca y la velocidad del sexo, la velocidad de la marca y la velocidad del rapto neoliberal que se acentúan en estos sitios de revolución, no vistos por los otros como son las poblaciones, las canchas de tierra y piedra, los molinos de la ciudad; los generadores del pan y hambre.

Texto - Perfomance: Francisco Vargas Huaquimilla (Kutral)
Fotografía: Fernando Lavoz



























miércoles, 5 de agosto de 2015

36 años después



El 21 de junio 1979, Juan Carlos Gómez Iturra, “Loquillo”,  27 años, dirigente del MIR y ex preso político  murió  luego de ser detenido y baleado en las cercanías de Lo Valledor, tras  un control policial que intentó eludir junto a Carlos Wevar Delgado otro miembro de la resistencia del MIR quien estuvo 11 años en prisión acusado de la muerte de uno de los policías  y que hoy llegó a la reconstitución de escena para dar testimonio de lo ocurrido hace 36 años.